jueves, 12 de noviembre de 2015

A la luna llena

Érase una vez una niña muy pobre que vivía sola en el trastero de una panadería. Los dueños la explotaban trabajando, pero ella no podía dejarlo ya que necesitaba el dinero para poder comer.
Un día cuando se despertó encontró en uno de los panes un mensaje que decía "si tú suerte quieres cambiar a la ciudad debes viajar". La niña pensó que era una broma pesada de sus dueños, por lo que no le hizo caso. Así empezaron a aparecer mensajes en todos los productos que comía, hasta que un día decidió ir hasta la ciudad.
Encontró a un chico muy simpático que la llevó a la ciudad, pero cuando estaba allí no sabía que hacer ni donde ir. Se puso muy triste porque estaba en un lugar que no conocía, sin dinero y sin donde poder dormir. Con tanta pena se puso a llorar al lado de una fuente y cuando su lagrima tocó el agua salió un hada preciosa, que la había estado siguiendo para protegerla de la maldad de las personas.
La niña pensó que estaba soñando, pero no, la hada la dijo que para poder cambiar su suerte necesitaba encontrar en esa ciudad una persona que fuera totalmente buena, pero tenía que hacerlo antes de que saliera la primera luna llena. La niña se puso muy contenta hasta que se dio cuenta de que la próxima luna llena era en dos noches. Buscó y buscó por toda la ciudad, sin dormir ni comer pero no tuvo suerte.
Justo antes de que empezara a anochecer apareció un niño muy pequeño y pobre como ella, y al verla tan mal decidió darla el último cacho de pan que le quedaba para toda la semana. En ese momento apareció el hada y llevó a ambos a una casita que había en el campo y allí vivieron muy felices como dos hermanos sin ninguna preocupación. 
 
 
Realizado por: Sara Núñez

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