sábado, 14 de noviembre de 2015

El mundo de colores

Había una vez un pequeño lápiz de color amarillo, vivía en el mundo amarrillo con todos los lapiceros que eran igual que el. Soñaba con explorar el mundo y creía en la posibilidad de que hubiera lápices diferentes a él, pero todos se reían por tener esas ideas, lo que le hacia sentirse muy mal.
Un día harto de las burlas decidió irse de allí. Estuvo meses y meses andando por pasillos amarillos que no llegaban a ninguna parte. Agotado y triste decidió volver a donde estaban todos y aguantar que se rieran de el. Pero de repente encontró una puerta, la puerta mas grande y amarilla que jamás había visto. Se quedó pensativo y se dijo a si mismo:
-¿Qué hará esta puerta aquí?... No puedo perder nada por traspasarla.
Y tras hacer mucha fuerza consiguió abrirla y vio lo que nunca jamás pudiera haber imaginado. Era el paisaje más bonito que nadie podría ver, con muchos colores que no reconocía. Se bañó en los lagos azules, tocó los árboles marrones y verdes, hizo bolas de nieve tan blancas que deslumbraban y descubrió flores combinadas con todos los colores que pueden existir. Estaba muy feliz porque sus deseos y pensamientos se habían hecho realidad, pero al cabo de los días se empezó a sentir solo. Quería volver a ver a su familia, pero ya no encontraba la puerta que llevaba al mundo amarillo y empezó a agobiarse pensando que jamás podría volver a hablar con nadie. Aturdido se sentó a lo alto de una montaña y se puso a llorar. Estuvo así mucho tiempo hasta que le dio por mirar el paisaje detenidamente y vio que al rededor de ese bonito paisaje había muchas puertas, cada una de un color y fue corriendo una tras otra llamando y buscando a los lápices que vivían dentro.
Encontró lápices de todos los colores que había visto tras la puerta amarilla y los sacó a todos de las cuatro paredes, alucinados por ver que había otros colores diferentes al suyo.
Cuando todos se conocieron y pasaron el impacto de ver que había mas tonalidades decidieron tirar los muros que los separaban y pintar cada mundo con todos los colores.
Así fue como los colores se conocieron e hicieron un mundo donde no importaba de que color fueras sino que lo hicieron más bonito por la gran diversidad que existía.
Y colorín colorado, este cuento de muchos colores, se ha acabado.
 
 
Realizado por: Sara Núñez Gamarra
 

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