jueves, 12 de noviembre de 2015

Tilo necesitaba un cambio

Esta es la historia de un bolígrafo que estaba muy triste muy triste y nadie sabía por qué.
Tilo era un bolígrafo más de la mesa del escritorio de la pequeña María. La pequeña siempre escribía con los mimos bolis en sus hojas en blanco, cogía a Tilo, que era azul, a su prima que era rosa y a la mamá de Tilo que era verde.  Así uno y otro día, todas las tardes después de que María terminase sus deberes.
Un buen día María cogió a Tilo para pintar y escribir en sus hojas, pero intentó pintar con él y lo miró con cara extraña y lo dejó en la mesa y cogió un boli con el que nunca había escrito.
Así fueron pasando los días y María no cogía a Tilo para escribir. Tilo estaba cada vez más triste, ya que estaba solo en el escritorio mientras María cogía a los demás bolígrafos.
Un día de pronto entró en el cuarto de María su papá y le dijo:
-María, ¿ya no te gusta tu boli azul? , ¿Tilo?
- Papá es que el otro día iba a escribir un cuento, y no escribía. Contestó ella.
- A ver déjame verlo. Le dijo su padre pidiéndole el boli.
El padre miró y remiró a Tilo, intentó escribir y nada. Lo separó en piezas y mirando a María dijo:
-¡Ajá¡ ya está se había acabado la tinta cariño. No le pasaba nada, ahora bajo a la tienda y compro un recambio de tinta y Tilo volverá a ser como antes.
-¡Muchas gracias papá¡. Le dijo mientras lo abrazaba.
El padre de María volvió de la tienda y cambió la tinta a Tilo y se lo dio a María.


Así Tilo volvió a sonreír ya que María lo volvía a utilizar a Tilo tooooodos los días.


Realizado por: Nerea de la Horra Hernando 

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