jueves, 12 de noviembre de 2015

Un gran encuentro

Erase una vez en un pequeña aldea vivía una muchacha con el cabello oscuro como el azabache, y los ojos color marrón chocolate, se llamaba Jade. Un día salió a dar un paseo por el bosque como hacía diariamente. A Jade le encantaba ver amanecer y sentir el aire fresco en su rostro mientras andaba por el bosque observando el paisaje y a sus pequeños animalillos, pero esa mañana no era como las demás, puesto que algo cambió.

Mientras pasaba por un puente que cruzaba el rio de regreso a su aldea, vio a un chico a lo lejos cabalgando a gran velocidad hacia ella. Por más que Jade gritaba que se detuviera, el muchacho no le hizo caso, así que tuvo que tirarse al rio para no ser arrollada. Cuando Jade saco la cabeza del rio, descubrió ante ella a un muchacho alto, de ojos verdes como esmeraldas al sol y el cabello rubio como el oro, éste le tendía la mano para ayudarla a salir del rio pero Jade estaba tan enfadada por su caída al rio, que no acepto su ayuda y le dijo:

-¿Por qué no te has parado cuando yo te lo he pedido?- le dijo muy furiosa.
- Lo siento no podía, me querían matar los guardias del príncipe- le dijo el muchacho.
- ¡¿Eres un ladrón?!- le dijo Jade muy alarmada.
- ¡No!- dijo con voz muy tajante- Sólo he ido a recuperar lo que es mío. El rey le quito las tierras a mi familia por una deuda pero yo he ido a pagarla y ya que estaba, he recuperado el dinero que le quitaron a unos huérfanos que había en mi aldea, entonces al descubrirme me han tachado de ladrón pero no lo soy. De veras os ruego mil perdones de nuevo.
- Esta bien, te perdono. ¿Cómo te llamas?- dijo Jade.
-Mi nombre es Eidan, y vivo tras aquella montaña en una pequeña aldea, pero  si quieres podemos ir a dar un paseo y conocernos mejor, y así podrás conocer donde vivo.

Eidan y Jade se fueron a caminar durante largas horas  donde hablaron de muchos temas y conocieron el entrañable lugar donde vivía aquel muchacho. Lo pasaron tan bien, que al día siguiente quedaron a la misma hora. Y así día tras día, tras día, los muchachos quedaban para hacer muchas actividades juntos, hablaban, reían, montaban a caballo, se bañaban en el rio…etc. Se fueron haciendo grandes amigos y según pasaban los años ambos chicos se fueron enamorando.

Una día Eidan no apareció a su encuentro con Jade, esta, muy preocupada fue a buscarle a su casa pero su padre le dijo que fue a la ciudad hacer un recado. Jade cogió su caballo y fue a toda prisa a la ciudad, allí se encontró un carro lleno de prisioneros donde para su sorpresa estaba Eidan, que había sido encarcelado por sus antiguos robos al Rey.
Jade dejo su caballo , y fue corriendo hasta el carro para ir a rescatar a su amado, pero los guardias no la dejaron, empujándola lejos de él. En ese momento se le ocurrió una idea: podría rescatar a Eidan por la noche en las mazmorras haciéndose pasar por guardia, puesto que su difunto padre lo fue cuando era joven.

Por la noche Jade se vistió de guardia con la ropa de su padre y fue en busca de Eidan. Cuando llego a las mazmorras le rescató y juntos partieron lejos de aquel reino, donde vivieron felices en una pequeña casita en el bosque junto con su familia, donde recordaban con alegría y diversión aquel primer encuentro que entrelazó sus vidas.
Realizado por: Claudia Redondo Álvarez.

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